lunes, 29 de diciembre de 2008

¡ Las mujeres maltratadas y asesinadas no somos números, somos personas!



La muerte no se cuenta, se duele en la propia piel.
Parece que hablando es imposible ponernos de acuerdo.
Y contando muertes, sólo conseguiremos que pase
como con los accidentes de carretera:
Una carrera de las diferentes Administraciones y
Administradores, para decirnos, los primeros,
que todo va bien, que se está reduciendo el número
de muertos. Pero, ¡qué importa el número! Lo que importa
son las PERSONAS que han marchado a otro nivel de energía.
Y no voluntariamente.
Por eso digo que las muertes no se cuentan, se sufren.
Y que, de una puñetera vez, aquellos que tienen responsabilidad
en este tema, la asuman en serio y no sólo de cara
a la galería. ¡Obras son amores y no buenas razones!

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