domingo, 28 de noviembre de 2010

La mesa del poder económico: Los 37 representantes de las grandes empresas de España se colocan alrededor del presidente del Gobierno.

LA IRA DE LOS DIOSES

Y los dioses altivos
enojados terriblemente
con feroz rabia
se dejaron oír con estruendo
acobardando a los pálidos
mortales asustados
hasta el límite voraz
de los sacrificios humanos.

Inmolaron a la más virginal
doncella, al más puro toro
de casta eterna y cuidada
por generaciones de seres
que periódicamente
sufrían los ataques
crueles, despiadados
de sus dioses alados.

Cubrieron el ara
de sangre roja, brillante
hasta que toda la ciudad
se torno, primero carmesí
y púrpura después.
Mimaron con flores,
miel de romero y vítores
estruendosos, con cantos
melodiosos y apacibles
a sus dioses protectores.

Dejaron sus habituales
quehaceres, recluyéndose
en sus moradas con premura
para apaciguar la ira
de sus temidos dioses.

Sin embargo,
y encontraréis aún
testigos que lo confirman,
los dioses repitieron
sus ataques despiadados
hasta que los hombres
cansados de tanto miedo
les dieron la espalda.

Dicen que fue tal
la sorpresa de los dioses
que transformados
en piedra han perdurado
hasta nuestros días
y los podemos ver
decapitados, mancos,
cojos o desfigurados
en cualquier museo
de nuestras ciudades
que al parecer no
aprendieron bien la lección.

¡Es inútil,
comprendedlo ya!
el sacrificio de todos
no calmará a los dioses.
Su marcha fue aparente.

Son insaciables.

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