sábado, 31 de julio de 2010

Los de siempre, dando la brasa.


Quizá que ya está bien de tonterías. Estamos, o estoy, no sé, hasta el moño de personajillos que nos dan la brasa todo el tiempo y a los que nadie se atreve ni a toser. Valencia, la cosa, digamos que autonómica, dónde el ilustre tanquista nos quiso dar el susto un día hace ya unos cuantos años, es algo digno de aquellos tebeos de la época del dictador. Como capitanes Trueno o como Jabatos, quizá como Hércules o Taurus sus aliados más fieles y leales, los Ppeperos se arrinconan en sus esquinas, como boxeadores tocados y llenos de miedo, sólo que su aparente arrogancia nos convence de su soberbia. Son un esperpento. Un mal sueño, como los que dibujó, con esmerado acierto, ese gran pintor llamado Goya. Claro que esta vez no están en un lienzo o en un cartón, sino sobre la mesa de un gobierno regional. No puedo dar crédito a lo que pasa. ¿Ni su Ppartido, ni siquiera sus partidos oposición tienen nada qué decir? Inaudito e increíble, pero cierto. Los ciudadanos no podemos vivir en paz con esta "especie única". Han de ser controlados. Y no por las financieras, sino por los ciudadanos. Acción Cívica de una vez. Más educación y menos represión. Ahí es donde les duele a los de siempre. A aquellos que creen que"¡muera la inteligencia, viva la muerte!" No son dignos de estar con nosotros. Ni siquiera en el infierno estaremos tranquilos.

2 comentarios:

MOE dijo...

Lo peor de todo esto es que hay un montón de gente que les apoya y les perdona todas sus tropelías.
Están en el poder como si estuvieran en su casa y no solo no les pasa nada sino que siguen teniendo adeptos. Todavía queda mucho facha en este país y espera que muchos extranjeros, sobre todo latinoamericanos, vienen con ideas más carcas aún, si cabe!

OM! dijo...

Hola Montse! Es lo que tenemos, por lo que se ve. Ni los partidos autoproclamados de izquierda dan noticia de estas tropelías económicas y de demostración inaudito de poder. Creo de veras lo que digo en mi nota: Más educación y menos represión.

Una abraçada,

Manel