jueves, 3 de junio de 2010

Este año no hay limusinas para los invitados del club Bilderberg

Foto: Público del 3 de junio de 2010

Desde 1954 se están reuniendo esta gente. Las cosas de la tecnología hacen que ahora estemos al corriente de ellos. Así y todo, nadie sabrá, fuera de ese entorno protegido, de que va la fiesta, pero de haberla, hayla. Seguro, no lo dudemos. ¿Facilitarán que se prolongue la crisis un año, dos o más? Lo conoceremos sólo con el paso del tiempo. ¿Estará Israel en su agenda? Y si lo está, ¿en qué medida y con cuál visión? Quizá, en algún momento de la historia, se pregunten hasta adónde quieren llegar sin que su cortejo con otras fuerzas fácticas corra peligro. El final del capitalismo, no lo dudemos, será una nueva forma de orientarlo y ordenarlo, pero no se extinguirá. ¿A quién. de toda esta pléyade, le interesa que eso suceda? Pienso que siempre hay que preguntarse, delante de situaciones especiales, a quién o quienes benefician los cambios más o menos drásticos. Si, por lo que parece, no interesa a los que vivimos de un salario, será que sí interesa a esa clase..., digamos que diferente. Veremos. mientras, cada uno ha de pensar globalmente y resolver, en lo posible, también globalmente. Se acabó la utopía del "pensar globalmente para actuar localmente". Y si no, al tiempo.

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