lunes, 21 de junio de 2010

España se mantiene por encima de Italia y de la media de la UE en riqueza por habitante,según Eurostat


Ayer éramos pobres de solemnidad. Nos metieron mano en la cartera. Nos la robaron. Incluso en los bolsillos encontramos sus afiladas garras. Nos arrebataron hasta la calderilla. Nos devaluaron "el mercado de trabajo". ¡Menudo eufemismo! Nos han facilitado, de nuevo, un desierto solar, seco, en donde buscar contratos basura. Tenebrosos contratos, misérrimos despidos libres...y hoy, ¡oh, milagro!, somos ricos como el que más. ¿Cuándo nos engañabais? ¿Antes, ahora, siempre? Ni mercados, ni mercatres. Esta maléfica escoria que nos encierra quiere acabar con todo lo conseguido en pocos años. Era mejor el horario sin horas. Los lóbregos cuchitriles llenos de mugre y grasa. Lo telares espantosamente ruidosos. Los rostros pálidos y hundidos de miles de mujeres en el sector textil. Tampoco era nada despreciable ver a aquellos hombres que trabajaban con aprestos, tintes y colorantes. Su salud valía menos que los tejidos con los que trabajaban. Y así hasta siempre. Sólo que en un momento, algunos y algunas se levantaros del estupor, la somnolencia del hambre y reclamaron sonoramente recuperar su dignidad. Y así, lucha y más luchas. Muertos y más muertos. Y así hasta siempre. Pero ni siempre ni nunca, estaban en el vocabulario de esas personas dignas. Y así hasta ayer.
Y aquí, los auténticos baluartes de una incierta izquierda, no sólo no nos han devuelto la cartera ni la calderilla, sino que nos están vendiendo por piezas. Siempre nos quedará "la roja". Suerte que soy agnóstico, si no..., ¡Dios mío que desastre!

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