Es fácil deducir que de aquellos polvos, ahora tenemos estos lodos. Y de nuevo, los grandes desafortunados de este mundo, continúan allá mismo en donde los dejamos hace tiempo, es decir en la pobreza que ahora, muchos de este mundo occidental comparte, gracias a los mismos que ahora nos aprietan y estrangulan a nosotros. La caridad no suple nunca a la Justicia.
Y ésta no está para pobrezas.
Dívar, el jefazo de los jueces, dixit antes de abandonar a patadas sutiles su cargo,
al que ha desprestigiado con creces. |
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