La relación de esta criatura llamada Rajoy con sus adeptos y otras especies semejantes, puede durar una barbaridad.
Me recuerda aquellas parejas que viven alejadas y cada vez que se encuentran saltan chispas, lanzan cohetes y todo es magnífico. Todo, hasta que un desgraciado día, optan por vivir juntos para siempre más. Entonces, ese siempre más, se convierte en un poco más y ¡hasta luego Lucas, si te he visto no me acuerdo!
Ese supuesto presidente de un supuesto país llamado Spain, para entendernos, nos viene a ver de uvas a peras y se le recibe como a un visionario y a un enamorado desaforado del supuesto país llamado Spain. Sin embargo, ¿dónde se mete entre tanto? ¿Nos la estará pegando con la rubia del piso de encima, nos la estará dando con queso? ¿El queso tendrá nombre y apellidos? ¡Oh cielos, que horror de relación! ¿No hay nada mejor por estos andurriales?
Y al final, como es gente de bien, honrada y demás, se va a la Rota y le anulan el matrimonio.
Los demás, nos damos con un canto en los dientes de tener una ley de divorcio que, más o menos, funciona.
Total, que espero que la Rota responda rápida y nos anule la entrañable relación con este supuesto presidente, de un supuesto país llamado Spain, para entendernos. O así.
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