viernes, 30 de abril de 2010

El rugido que no cesa: A vueltas con la emigración.


No sé como lo véis, pero todos somos emigrantes. O lo han sido nuestros padres, abuelos o algún miembro de nuestra familia. ¿Cuántos podemos demostrar que nuestra familia cuenta con generaciones y generaciones de asentamiento en un mismo territorio? ¿Nadie recuerda a los emigrantes de este país a Alemania, Suiza y a otros destinos, tanto europeos como americanos? La memoria es lábil y la cretinez de algunos, inconmensurable. ¡Salud y vida a todos los que llegaron a El Carmelo de Barcelona u otros destinos semejantes y allí edificaron su casa, aquella que nunca tuvieron en sus lugares de origen! Y desde esas casas, en ocasiones míseras, llamaron a sus esposas e hijos para que se reunieran con ellos. Pueblos enteros llegaron a destinos inciertos con la esperanza de mejorar su calidad de vida y su maltrecha economía Así, hasta hoy, hasta mañana y hasta cuando ellos decidan. Pero todos, todos hemos sido, somos o podremos llegar a ser, emigrantes.

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