
Foto: Aleix Oriol / Texto: Manuel Oriol
El miedo al cambio: Cambiar no siempre es fácil
Hacer preguntas a quién le cuesta dar las respuestas, ya veo que ayuda poco.
Abrir expectativas a quién no tiene recursos para alcanzarlas,
tampoco ayuda demasiado.
Pero quedarse callado, observando los pasos que llevan al desconsuelo
y no hacer nada, creo que no sólo no ayuda,
sino que es inconsciencia.
Otra cosa es qué hacer: ¿Andar? ¿Quedarse quieto? Si ando, ¿hacia dónde?
Así se produce el miedo al cambio. Hay que pensar más allà del ahora y aquí.
Proyectar la vida hacia delante, dándole sentido. El tuyo, por supuesto.
¿Tengo los recurso o no? ¿Quiero tenerlos o miro hacia otro lado?
La incertidumbre de lo que hallaré al otro lado del cambio, puede paralizar.
Escoger no es sencillo a veces, aunque vale la pena intentarlo. En todo caso,
no nos quedemos en la queja. Es cómodo, aparentemente, porque no compromete a nada.
Así y todo, hay que salir de la queja y recuperar la confianza. En los otros, también.
Cambiemos, entre otras cosas, el miedo por la confianza.